Y yo, Sofía, quiero ocupar mis doce uvas en un par de deseos:
que venga Jens Lekman,
que los Islands saquen nuevo disco.
que los Islands saquen nuevo disco.
Buen 2008 para todos.
Después de tres años de ausencia, la banda más grande de Gales regresa y de que manera. Para su octavo disco, los Manics deciden tomar todo lo mejor de su carrera, y meterlo en un disco de 30 minutos con resultados sorprendentes.
The Enemy les ganó el debut del año, pero como he dicho antes, este disco es el más divertido del 2007. Perfecto para una fiesta, o para simplemente recordar que la vida no es para tomarse tan en serio, y la música también es para divertirse.
La participación de Zach Condon fue de gran ayuda para que muchos pusieran su vista y sus oídos en este álbum, pero descartando la participación de Condon, Brandon Bethancourt logra hacer un excelente álbum que transmite lo que vivió en su estancia en Alaska. Si estás solo, este disco es una gran compañía.
Hace un año Zach Condon se veía como un genio musical que prometía demasiado, hoy se ve como una próxima leyenda. A su corta edad a logrado lo que muchos no han podido, The Flying Club Cup es su segundo álbum de estudio, con él logro superar su ya magnífico Gulgag Orkestar y con creces. Ante una obra maestra no queda más que callar y disfrutar...
Una de las muy gratas sorpresas de este año. Una banda que promete mucho en el futuro, comparada con Arcade Fire por algunos, no por el estilo musical sino por la calidad interpretativa de la banda (y que tengan el mismo productor, tal vez). Reichenbach es el álbum debut de Ravens & Chimes y tan bueno es que logra colarse entre lo mejor del 2007, ¿necesitan saber algo más?