Babasónicos @ Auditorio Nacional

30 de septiembre, 2008.

Por Emmanuel

Hace 12 años, estaba yo amarrado con mi sudadera a la barra de contención del viejo Rockotitlán, intentando sobrevivir a la marea de gente que se abalanzaba sobre la banda en el escenario.

En ese lugar no cabrían más de 300 personas, pero todos éramos fervientes admiradores de aquellos argentinos, los Babasónicos. En una esquina, el cascado Gabo miraba al vacío, catatónico, mientras UMA-T se trippeaba con alguna mezcla extraña emanando de sus audífonos. De esa vez, recuerdo el ambiente alucinante, la fuerza de los porteños interpretando su música ácida.

Ayer me reencontré con aquella banda, junto con miles de personas más. Los Babasónicos abarrotaron el Auditorio Nacional, vestidos con una escenografía que a medias recordaba a la pirámide de Daft Punk y a una vieja estructura de The Who o los Kinks.

Por casi dos horas, interpretaron casi completo su último disco, Mucho, y también varias canciones del Anoche. Por ahí, un par de rolas del Infame, una linda versión de Esther Narcótica, y recordaron cálidamente el Trance Zomba con Patinador Sagrado.

A diferencia de los chairos y junkies que me rodeaban hace una docena de años, ayer me encontraba en medio de adolescentes emo, chicas fresa, ejecutivos bien trajeados, hip hopperos, patinetos, hipsters, etc. Sin distinción, todos coreaban con fervor las letras de Adrián (quien misteriosamente se ha vuelto un sex symbol que arranca gritos al levantarse la camisa).

Alguno que otro purista los tachará de vendidos, pero yo lo veo como un triunfo. A través de casi 20 años, los Babasónicos han experimentado con distintos tipos de música, y en el inter, han creado un baúl de recuerdos hermosos, lleno de canciones que a todos nos significan. No hay mejor agradecimiento que regresarle a una banda sus canciones a todo pulmón, acompañarlos allá arriba desde las gradas; sentirnos, por un instante, parte de ese grupo que admiramos.

Los Babasónicos dieron un concierto romántico y sensual. Es un gusto ver que han envejecido bien, con dignidad, que siguen siendo una de las mejores bandas de rock en español, y que ahora le llegan a todo mundo, no sólo a un puñado de freaks. Sumamente disfrutable.

Twittéalo Compártelo en Facebook