MX Beat 2008

Por Emmanuel

Después de cruzar caminos de terracería, ver a unos bueyes cogiendo rodeados de niños en triciclos, y librar cuatro barreras de seguridad, por fin estaba en el MX Beat Toluca.

Sobra decir (pero lo diré de cualquier manera) que llegué entrada la tarde, ahorrándome las presentaciones de Disco Ruido!, Hello Seahorse!, Playmobil Project, y el IMS. Son tan mexicanos que entran en mi propósito de Año Nuevo de no perder más tiempo con productos nacionales.

A mi arribo, ya estaban sobre el escenario los Cold War Kids, quienes en disco suenan muy bien pero en vivo son una desgracia. Momento perfecto para abastecerme de boletos para cerveza que duraran toda la larga noche.

Como seguían tocando esos güeyes, decidí contarles un poco del ambiente general a mis lectores invisibles: con una infraestrestuctura mínima, se podía acceder a cualquiera de los servicios sin mayor problema. Las barras eran accesibles, los cigarros eran gratis y las muchachas guapas abundaban. Los baños, decentes; el sonido, arriba del promedio para un festival. Marlboro tiene la lana para organizar un festival muy decente y creo que lo logran año tras año. Y sí, hippies de Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos, un buen festival de rock sólo se logra con el dinero de las marcas que ustedes tanto odian.

Pero dejemos la discusión para cuando a todos se nos haya bajado el churro hidropónico que traemos encima, y permítanme contarles de las bandas que sí vi:

The Cribs

Un bastardo mutante entre los Ramones y Death Cab for Cutie, estos tipejos ingleses están cerca de ser fitoplancton en la cadena alimenticia del rock. Bandas como ellos las hay por millones, ninguna se diferencia de la otra, y lo único que aportan son unas cuantas toneladas de dióxido de carbono a la atmosfera; esto quiere decir, son pedorrísimos.

Lo Fi FNK

¿Quién es el emo que contrata a estas bandas? A esta hora, el festival parecía querer escupirnos a todos hacia fuera. Los que estaban hartos de los Cribs se refugiaban en la carpa, para encontrarse a estos suecos mamertos, para salir aún más asustados de vuelta al frío toluqueño. Por un segundo pensé que el frontman mimo-poeta maldito estaba tocando una baguette y un queso, porque nunca había oido una guitarra electríca sonar tanto a torta de jamón.

The Teenagers

La cosa iba mejorando. Aunque no sonaban a nada nuevo o interesante, al menos su presentación tenía onda. Les Adolescents me hicieron sentir un poco mejor, con un poco de esperanza por el rock… o tal vez eran las chelas dobles que ya empezaban a surtir efecto, y la promesa de Jarvis en el escenario exterior.

Digitalism

Ya era tarde y todo mundo estaba ansioso por meterse a cachondear un rato a la carpa calientita y ponedora, lo que nadie avisó era que el set de Digitalism era parte de una nueva gira conocida como Coapa Nights. Un set de lo más obvio, rolas, sin giros ni momentos estelares. Pura música de relleno, na’más en lo que la gente se iba. No importó, después de lo que había visto en la carpa exterior, yo estaba bien servido (¡gracias, whisky!).

Beastie Boys

Los Beasties son unos pachecotes. Se les olvidó que tenían una cita con México desde hace años y llegaron viejos y cansados. MCA se veía hasta moribundo. Pero su set fue una delicia de éxitos de antaño que dejó a todos los fans contentos. Sure Shot, Root Down, Whatcha Want, Intergalactic, Brass Monkey, No Sleep Til Brooklyn, Body Movin’, Tough Guy, Flute Loop, y por supuesto… Sabotage. Esos dos minutos de bajo distorsionado y gritos destrampados fueron suficientes para olvidar 20 años de abandono. Ver a los Beasties en vivo fue, sin más, un sueño hecho realidad.

Sir Jarvis

El inglés más inglés del mundo vino a México a enseñar cómo ser un frontman espectacular. Con su sensualidad desaliñada y su elocuencia seductora (heredada no de Jagger o Lennon, sino directamente de Wilde, Keats y Hughes –se los dejo de tarea, anónimos), dio un show impecable de puras canciones propias. Todos los que querían oir algo de Pulp se quedaron con las ganas, pero en cambio, Mr. Cocker les regaló su arte: platicadito, susurrado, sabroso. Nunca había visto algo con tanto estilo y rudeza al mismo tiempo. Estoy seguro que ninguno de los asistentes comprendió, porque mientras Jarvis les daba besitos en el cuello, ellos sólo gritaban “¡Common People!” sin cesar, como si estuvieran anunciándose ellos mismos al más puro estilo ‘tamales oaxaqueños’.

M.I.A.

México, no sé si deba contarles esto, pero mientras ustedes estaban estupidizados de cerveza pinche y cigarros gratuitos… los violaron. Tres chicas guapísimas les dieron por culo con una metralleta, una alarma antinuclear, un Nintendo y un avioncito de papel, y ustedes ni en cuenta. M.I.A. trajo a su posse asiático, reclutó a unas cuantas chicas más que bailaron junto a ella, y dio lo que fue, sin lugar a dudas, el mejor show de la noche. Entre proyecciones lúdicas/aterradoras, su DJ soltó sampleos tan chingones como Thriller, Blue Monday y Sweet Dreams, y Maya se quejó de la falta de oxígeno en las alturas de Toluca, sin considerar que la falta del gas vital se debía a la bomba de hidrógeno que ella acababa de soltar sobre ese campo lleno de hipsters. La ceilanesa se chutó una presentación energética, atascada, punketa como al mundo le hace falta. Algunos entre el público tenían cara de estupor, otros bailaban sin parar. Fue una cogida deliciosa, salvaje y abrumadora por los ojos y los oídos. Ahora me siento sucio, pero estoy eternamente enamorado de esa chica que una noche, vestida de amarillo, me enseñó que el mundo se toma como a una puta, y que no hay que pedirle permiso, sino rockear como si no hubiera MX Beat 2009.

Twittéalo Compártelo en Facebook