Disco del domingo

Por Sofía

Yo vi la portada del disco y pensé: qué labios tan rojos tiene ese cabrón. Más rojos que los míos cuando los delineo y les pongo su bilé. El disco me lo regaló un ex novio que gastaba mucho en música. Me lo "regaló" porque fue de las cosas que me prestó y jamás le devolví. Yo nunca antes había oído de unos tales Libertines y eso que ya era el 2005. Seguro andaba escuchando por quincuagésima vez el Antics y esperaba con fervor el Some Cities de los doves y lo que estaba de moda en Inglaterra se me resbalaba. Decía uno que era mi amigo pero ya no que cuando fue a Londres por esas épocas no había periódico ni revista que no dijera algo de los Libertines, un verdadero fenómeno. ¿Quiénes eran aquellos integrantes que no eran Pete Doherty o Carl Barat? A nadie le importaba.

Este video es increíble. Doherty antes de TODO. Doherty fan-de-oasis.

Vía Cuchara Sónica

¿Qué hace de The Libertines el disco de Domingo ideal? No es una nueva propuesta, claramente; tampoco es un clásico. Es llanamente un disco disfrutable. No sé si este efecto se logra por los sutiles coqueteos al punk o los niveles de cursilería que alcanzan con sus shup shup shup delang delangs, pero nada se disfruta más que un poco de Don't Be Shy al despertar.

The Libertines, The Libertines. Sanctuary Records (2004).

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