8 de junio de 2007

Uno nuevo, uno viejo

Nueva sección por vieja colaboradora (Sofía)

Sí, pues como ya tenemos las exitosas aportaciones periódicas Subestímame ésta y Pick a Band That's New, yo no quería quedarme atrás y decidí estrenar esta nueva sección, donde compararé un disco viejo y uno nuevo de la misma banda, para ver más o menos qué se han hecho y si su proceso puede ser llamado evolución.

The Bees
Free The Bees vs Octopus

Free the Bees. Astralwerks (2004)

Ahhh ¿habrá quien no se sienta atrapado por esta banda desde las primeras palabras escuchadas? Yo, lo dudo. Free The Bees es un disco completo, redondo, casi sin defectos. En él pueden encontrarse toda clase de temas: el romántico, la rola instrumental larguísima y pachecona, la canción para bailar... Todo con ese delicioso sabor RETRO (sea lo que sea que signifique, saben a lo que me refiero), sesenteroso, beatloso, viejito. Viejito-nuevo.

El álbum incluye una canción melosa a más no poder (creo que dice "I love you" alrededor de 30 veces), pero suena tan honesta y tan orgullosa de ser una canción de amor que no queda más que oírla con respeto y esperar que la persona a la que fue dedicada sepa apreciarlo de verdad. En el otro blog escribí sobre No Atmosphere: "No hay nada más animoso que esta canción... si para el último minuto no están agitando su cabeza y brincando y gritando, déjenme decirles que están muertos por dentro". Y qué decir de Chicken Payback: la letra es absurda (o díganme ustedes qué puede significar: Pay back the chicken back / Do the chicken payback), pero si lo que quieren es bailar, si lo que quieren es gozar, están en el lugar correcto. Les dejo acá lo que yo considero uno de los tres mejores tracks del disco (junto con la instrumental The Russian y la ya mencionada No atmosphere). Están frente a uno de los mejores discos del 2004 y sólo tienen que dar click en la imagen para descargarlo.





Octopus. EMI Int'l (2007)

Ya habrán oído Who Cares What The Question Is?, el primer sencillo formal de este disco; tiene un video altamente coqueto y realmente es una canción pegajosa. Lo que yo no me pude quitar de la cabeza desde la primera vez que la escuché es lo intensamente parecida que es la voz de Paul Butler a la de Ringo Starr, pero solamente en esta canción en particular. La similitud es indescriptible. En fin, continué escuchando el disco y no me llevé muchas sorpresas. Como en el pasado, los Bees nos sorprenden con la cantidad estúpida de intrumentos que llegan a utilizar y la habilidad y precisión que tienen al interpretarlos. Las voces son armónicamente impecables y de nuevo nos transportan a atmósferas setenteras y sesenteras de tiempos que nos hubiera gustado vivir (pero nacimos veinte años después, carajo). Los Bees nos ayudan a imaginar cómo hubiera sido estar ahí; cierren los ojos durante Listening Man e imagínense bailando con sus parejas, ambos vistiendo entallados pantalones de pata de elefante. En algunos tracks me sentí atrapada en secuencias de O Brother Where art Thou con todo y el ambiente campirano y los Soggy Bottom Boys de fondo...

Sin embargo, con todas las bondades que tiene este Octopus, no me compra totalmente. Por momentos me pierdo en lo repetitivo de las letras y lo lineal de las composiciones. Existe la posibilidad de que sea porque estoy oyendo el disco apenas por cuarta vez y el Free The Bees lleva dos años en mis oídos... por lo que sea, pero sigo considerando al Free mi consentido.

Así que lo siento Bees (o banda de Bees): prueba no superada.





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1 comentarios: on "Uno nuevo, uno viejo"

Anónimo dijo...

mmm pues yo la mera verdá soy un fácil...

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