Por Fantino
Suelo ser muy impreciso encuanto a las fechas; es un error eso de generalizar las épocas recientes, pero la historia es la historia y los aproxes se valen. History repeating es una canción de Shirley Bassey que los Propellerheads rehicieron en 1998, creo. Estoy casi seguro, porque fue el año en que volví a tener cable. Si no es ese, es 1999.
Suelo ser muy impreciso encuanto a las fechas; es un error eso de generalizar las épocas recientes, pero la historia es la historia y los aproxes se valen. History repeating es una canción de Shirley Bassey que los Propellerheads rehicieron en 1998, creo. Estoy casi seguro, porque fue el año en que volví a tener cable. Si no es ese, es 1999.
De cualquier forma, ya casi han pasado diezdi años desde entonces, los canales de videos se han degradado hasta dejar de reconocer la importancia que antes tenían los directores (¡pobres!, su fama ya no dará ediciones en DVD de su obra), y el drum and bass ha quedado atrás. Sí, atrás, los disc jockeys son una leyenda y los arreglos electrónicos han dejado de ser una vanguardia, una novedad.
Pero en aquella época esa era más o menos la onda, ponerle mentados scratches a las rolas y hacer loop de un motivo musical viejo, que no es otra cosa que repetirlo para darle un ritmo como de deja vu (o deja ecuté), de algo nuevo que ha existido siempre.
Tal parece que ha habido esfuerzos por convertirlos en lugar común. Portishead y Massive Attack se hicieron muy famosos, los Propellerheads nomás tienen un album y sus días transcurren con la discresión de un recuerdo impreciso. De igual forma, sus virtudes mezcladoras y compositoras prosiguen. Sus canciones ilustran secuencias de acción, poquito menos ridículamente que lo que le pasó a la rola de El Golpe y los conmutadores.
El primer gran video de estos jóvenes caminaba en paralelo por cuatro estilos, dos musicales y dos audiovisuales: el jazz con el drum and bass, y el videoclip que simula una grabación televisiva sesentera.
Prevenidos todos, empezamos en cinco, cuatro, tres... cortinilla de vuelta y presentador británico muy muy serio, explicativo y funcional: Roger Humphries. El blanco y negro de tonos suaves transporta a una época distante: las juventudes de Shirley Bassey. Detrás de cámaras, el crew se mueve al ritmo del remix con la complacencia de un escéptico, pero al poco tiempo la diva sostiene una nota larga que los seduce para hacerlos chocar sus palmas de manera natural, casi inevitable.
Desde el jalacables hasta el productor, pasando por maquillistas y floor managers, los que no van de traje y corbata van de sueter cuello v o traje sastre en lugar de vestidito coqueto, todos disfrutan de una canción bastante estilizada para los tiempos delimitados por el vestuario.
De dos maneras este video nos hace ver: una cosa es la televisión, empeñada en negarle a la audiencia al menos un rasgo que ponga en evidencia cómo se ilumina o cómo se graba el programa: la cámara se mueve para hacer que los trompetistas avancen y retrocedan, los músicos vayan de un lado al otro, la diva luzca en sus mejores ángulos, pero sin que haya resquicio que separe al espectador de esta ilusión. Eso es lo que el video expresa por un lado. Por el otro, el paneo de la televisión se convierte en un corte al camarógrafo que se mueve haciendo su trabajo, mientras el jalacables comienza a bailar y un amplio encuadre contrapicado compone las luces para que parezcan estrellas sobre el cielo de la diva, donde ella levanta los brazos radiante y armoniosa.
Se articula una época distinta, donde la ficción está en la ilusión de la tele y la recreación de su manufactura. Virtudes que, como dice la frase del caradura Humphries: qué se puede decir, sino que es algo diferente.
Pero en aquella época esa era más o menos la onda, ponerle mentados scratches a las rolas y hacer loop de un motivo musical viejo, que no es otra cosa que repetirlo para darle un ritmo como de deja vu (o deja ecuté), de algo nuevo que ha existido siempre.
Tal parece que ha habido esfuerzos por convertirlos en lugar común. Portishead y Massive Attack se hicieron muy famosos, los Propellerheads nomás tienen un album y sus días transcurren con la discresión de un recuerdo impreciso. De igual forma, sus virtudes mezcladoras y compositoras prosiguen. Sus canciones ilustran secuencias de acción, poquito menos ridículamente que lo que le pasó a la rola de El Golpe y los conmutadores.
El primer gran video de estos jóvenes caminaba en paralelo por cuatro estilos, dos musicales y dos audiovisuales: el jazz con el drum and bass, y el videoclip que simula una grabación televisiva sesentera.
Prevenidos todos, empezamos en cinco, cuatro, tres... cortinilla de vuelta y presentador británico muy muy serio, explicativo y funcional: Roger Humphries. El blanco y negro de tonos suaves transporta a una época distante: las juventudes de Shirley Bassey. Detrás de cámaras, el crew se mueve al ritmo del remix con la complacencia de un escéptico, pero al poco tiempo la diva sostiene una nota larga que los seduce para hacerlos chocar sus palmas de manera natural, casi inevitable.
Desde el jalacables hasta el productor, pasando por maquillistas y floor managers, los que no van de traje y corbata van de sueter cuello v o traje sastre en lugar de vestidito coqueto, todos disfrutan de una canción bastante estilizada para los tiempos delimitados por el vestuario.
De dos maneras este video nos hace ver: una cosa es la televisión, empeñada en negarle a la audiencia al menos un rasgo que ponga en evidencia cómo se ilumina o cómo se graba el programa: la cámara se mueve para hacer que los trompetistas avancen y retrocedan, los músicos vayan de un lado al otro, la diva luzca en sus mejores ángulos, pero sin que haya resquicio que separe al espectador de esta ilusión. Eso es lo que el video expresa por un lado. Por el otro, el paneo de la televisión se convierte en un corte al camarógrafo que se mueve haciendo su trabajo, mientras el jalacables comienza a bailar y un amplio encuadre contrapicado compone las luces para que parezcan estrellas sobre el cielo de la diva, donde ella levanta los brazos radiante y armoniosa.
Se articula una época distinta, donde la ficción está en la ilusión de la tele y la recreación de su manufactura. Virtudes que, como dice la frase del caradura Humphries: qué se puede decir, sino que es algo diferente.
History Repeating en YouTube
Descarga History Repeating, Propellerheads.
1 comentarios: on "Detrás de cámaras"
Tengo por ahí el spiesandbeatsandrarities de Propellerheads. Trae 3 mixes muy buenos de History Repeating. Si te interesa dime cómo te los paso. Está muy bueno este blog. Ya bajé varias cosas que no conocía, como Minus the Bear.
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